Los Derivados Financieros son instrumentos cuyo valor depende (o "deriva") del precio de un activo subyacente, como acciones, bonos, materias primas, divisas, tasas de interés o índices bursátiles. Se utilizan para cubrir riesgos (lo que se conoce como "hedging"), especular sobre precios futuros o arbitrar para explotar diferencias de valor entre distintos mercados.